9/02/2007

Nombre de la exploración: Casa abandonada

Ubicación: Av Revolución.

autor de la exploración: María Etílica


Se dice que en las zonas del poniente de la ciudad las tardes de verano siempre han sido frías, no lo sé, la ciudad entera me parece un horno de 12 a 5 en cualquier época del año, menos hoy que está lloviendo. Salí alrededor del medio día en busca de una cantina ubicada en la avenida Revolución y una calle sin importancia donde, a decir de mi padre, hacen una sopa de mariscos de los mil demonios; para no quedarme sólo con sus palabras fui al encuentro de dicha sopa.

Había probado peores realmente, pero si, en verdad era mala. Después de 2 cervezas y 2 tonics decidí regresar a casa. Pasé por la estación de bomberos de la zona, que será descrita en otra exploración, zigzagueé por los callejones y vecindades que olvidan los mapas y las inmobiliarias a la hora de convencer a sus incautos clientes de comprar los nuevos departamentos con roof garden y gimnasio en el área común del recién inaugurado y multifuncional edificio cualquiera, pasé también por un templo evangélico que, por su absurda ubicación, nadie sabe que existe afortunadamente, y así hasta que me encontré con esta casa, olvidada en el núermo 118 de la calle de Ciencias, entre José Ma. Vigíl y calle de la Constitución, en la Escandón.

Sin mayor referencia, las imágenes indican el tiempo de abandono. La fachada desgastada, los vidrios rotos, el otoño atrapado en las ventanas, la basura dando la bienvenida al visitante, el techo del zaguán y su foco, acompañante fiel, esperando incólumes que nada los derribe, cuatro macetas en el balcón interior, altivas testigos de la ocupación que pronto sufrirá su reducido espacio a manos de la imparable maleza. Una gruesa cadena defendiendo contra extraños el paso del tiempo.






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